Lista con más de 600 adivinanzas con rimas para adultos y niños. Esas adivinanzas tienen respuestas y se clasifican por dificultad (fácil, medio y difícil) y sujeto (frutas, animales, etc.).
Me encuentras en la playa
a la sombra y al sol,
mi nombre tiene cara
y también tiene col.
Cien damas en un tablao,
todas visten de morao.
Salimos cuando anochece,
nos vamos al cantar el gallo,
y hay quien dice que nos ve
cuando le pisan el callo.
Pequeña como una uña
y refunfuña.
Cómete la "e" y pon una "a".
Mírala muy bien y échala a volar.
Quien me mira se refleja
así nadie tendrá una queja.
Era grandote
Y estaba cargado de metal
Y al mismo tiempo era
Un siervo de todo mal.
Verde nací, amarillo me cortaron.
En el molino me molieron.
Y blanco me amasaron.
Una señora muy aseñorada.
Que lo escucha todo.
Y no entiende nada.
Vuela alto,
vuela alto,
pero a veces
pega un salto.
Tengo tinta, tengo plumas
y brazos tengo. Además,
pero no puedo escribir,
porque no aprendí jamás.
Cierta personita,
¡qué buena será,
que nada nos pide
y todo nos da!
Mucha o poca, larga o corta.
Ponte las gafas que a nadie le importa.
Como conoce la clave,
gira por su laberinto
y deja entrar al recinto.
Yo no quiero que os canséis
y por eso recomiendo
que el acertijo miréis,
para suprimirle un perro
y su número obtendréis.
La hermana de mi tía
aunque no es tía mía,
¿sabrías decirme qué es mío?
Sin ser el padre de Adán,
principio y fin del alma he sido.
En medio del mar
y al final de la tierra
se escucha mi sonido.
Un convento bien cerrado,
sin campanas y sin torres
y muchas monjitas dentro,
preparan dulces de flores.
Me hincho tanto,
tanto y tanto
que me deshago yo en llanto.
Soy largo y delgado.
Con buena figura.
Mi pelo alocado.
Lo mojo en pintura.
Me puedes ver en tu piso,
y también en tu nariz;
sin mí no habría ricos
y nadie sería feliz.
Redondito, redondón,
no tiene tapa ni tapón.
Lo rascaba llorando
de la crin a la cola
y en él se iba trotando
por una loma.
No he de darte más razones.
Sin mi perderías los pantalones.
Redondito como un queso,
nadie puede darle un beso.
Viene del cielo, del cielo viene.
A unos disgusta y a otros mantiene.
Entre dos piedras feroces
sale un tío dando voces.
Mamífero rumiante
de cuello alargado.
Por el desierto, errante,
siempre anda jorobado.
No me utilizan los patos
más me llevan de apellido,
con "Z" empieza mi nombre,
¡y ya el resto es pan comido!
Lleva años en el mar.
Y aún no sabe nadar.
Me hacen reír,
me causan placer.
Si bien me las haces
me las dejo hacer.
El padre de mi cusico
no tiene alas, ni pies, ni pico.
Y mi cusico a la vez,
tiene alas, pico y pies.
Las monjas delante
con vestido blanco
siempre tú verás,
y a un cura de rojo
que viene detrás.
A veces doy alegrías,
a veces causo dolor,
y aunque sea fantasía
todos me tienen amor.
Yo tengo una tía,
y mi tía una hermana
que no es tía mía.
Es tu favorita
cuando sientes frío;
la encuentras escrita
en el verso mío.
Verde por fuera
Roja por dentro
Bailarinas en el centro.
Sale a pasear de noche
Tiene luces y no es coche.
Escriba, escriba y comprobará
Que mi nombre se lo he dicho ya.
Una dama blanca, alta y delgada,
con la nariz larga y colorada;
mientras la nariz arde y crepita,
la dama se vuelve pequeñita.
Llevo pijama a diario
sin guardarlo en el armario.
Primera en mi entendimiento,
la segunda en mi memoria,
tercera soy en el cielo
y ausente estoy de la gloria.
Alta, alta,
bien delgadita,
y echa mucho humo
por la coronita.
Fueron diez y ocho años,
Que la enfermedad la esclavizó.
Más cuando la vio N.S.J.C.
Libre al instante ella quedo.
Damas comen de mi carne.
Damas comen de mi ser.
Si no adivinas mi nombre.
Poco ingenio has de tener.
Un palo muy triturado,
para que la gente le eche,
al blancuzco arroz con leche
o al riquísimo helado.
Nací como clavellina,
me enredé como una mora,
de los huesos de mi cuerpo
todo el mundo se enamora.
Doy vueltas y no soy tiempo,
un secreto sé guardar,
si no me cuidan, me pierdo.
¿Con mi nombre sabrás dar?
Olas hace,
río no es,
barbas tiene
y hombre no es.
Ave soy, pero no vuelo:
Mi nombre es cosa muy llana:
Soy una simple serrana.
Hija de un hijo del suelo.
Tiraste a mi padre,
tiraste a mi abuelo,
y contigo me estaré
hasta verme yo en el suelo.
En el aire voy volando,
una cuerda me mantiene
y la cola que yo tengo
la debo a quien me sostiene.
Un hombre ha venío,
me la ha metío,
me la ha sacao,
daño me ha hecho,
pídele a Dios
que me haga provecho.
Flor blanca,
mata verde,
maduro me cogen
y seco me venden.
Lomos y cabeza tengo.
Aunque vestida no estoy.
Muy largas faldas mantengo.
Cuando sonríes asoman
blancos como el azahar
unas cositas que cortan
y que pueden masticar.
Una vid muy grande es,
Y le cuelgan racimos hasta los pies.
En lo alto y muy labrado
aparece un edificio,
redondo, nada cuadrado,
de toda parte cerrado,
sin ventana ni resquicio.
Es amarillo
muy amarillo,
y lo echamos al pucherillo.
Son de color chocolate,
se ablandan con el calor
y si se meten al horno
explotan con gran furor.
La mitad del nombre mío
doy con mi nombre a entender;
la otra mitad se forma
con un nombre de mujer.
Con "A" empieza mi nombre,
de las damas soy querido,
si me prenden estoy seguro
y si me sueltan, perdido.
Colorín, colorado,
encima está del tejado.
Dama da, dama deja.
Y no se queja, de lo que deja.
Sufrió angustia,
penas y tribulación.
Y murió ciego y encadenado,
Por culpa de una traición.
Lo usa el tendero
para comer,
lo lleva entero
si sabes leer.
Tan grande
como una tajá de bacalao,
sube al monte
y baja ganao.
Adivina, adivinanza,
¿quién vuela
sin tripas ni panza?
Todas las palabras sé.
Y aunque todas las explico.
Nunca las pronunciaré.
Dos negritos, se quieren juntar,
pero un cerro no los deja pasar.
A Dios carne pidieron
carne les dio
después se murieron
y el resto los sepultó.
Yo con mi hermana gemela andamos.
Siempre al compás,
con la boca por delante
Y los ojos por detrás.
En abril,
si la ves relucir,
limpia la era
que trigo espera.
Es santa y no bautizada.
Y trae consigo el día.
Gorda es y colorada.
Y tiene la sangre fría.
Hay un hijo
que hace nacer
a la madre
que le dio el ser.
Al dar la vuelta a la esquina
tropecé con un convento,
las monjas iban de blanco
y el sacristán en el centro.
En el campo me crié,
atada con verdes lazos,
y aquél que llora por mí
me está partiendo en pedazos.
Largo es, largo es,
me lo corto cada mes.
En rincones y entre ramas.
Mis redes voy construyendo.
Para que moscas incautas.
En ellas vayan cayendo.
Su forma es de pera.
Aunque es de cristal.
Da luz sin espera.
Para cada cual.
Tengo dientes y no muerdo,
desenredo con cuidado,
caminos abro en tu pelo,
ya sea liso o rizado.
Su forma es de pera,
aunque es de cristal
da luz sin espera
para cada cual.
Si quieres las tomas
y si no las dejas,
aunque suelen decir que son
comida de viejas.
Cuatro patas tiene,
así como asiento;
de ella me levanto
y en ella me siento.
Soy redonda, soy de goma,
soy de madera o metal,
y hago siempre mi viaje
con otra amiguita igual.
¿Quién pensaréis que yo soy,
que cuanto más y más lavo
mucho más sucia me voy?
Amiga soy del conejo
y también del colorín.
Siempre me encuentro en cojín.
¿Me lo aciertas, so pillín?
En lo más alto me ponen
para que el viento me dé.
Soy guía para los hombres
y siempre estoy de pié.
Conmigo va una amiguita
que imita todos mis actos.
Es tan negra mi amiguita,
que por las noches oscuras
no pueden verla los gatos.
Entra en el río
y no se moja,
no es sol ni luna
ni cosa ninguna.
Ven al campo por las noches
si me quieres conocer
soy señor de grandes ojos
cara seria y gran saber.
Aunque las adornamos a ellas.
cuando no tenemos carreras,
la gente tiene manía
de no llamarnos enteras.
No tuvo padre ni madre
y nació siendo ya hombre;
tiene bastantes parientes
y es bien sabido su nombre.
De la tierra nací yo,
conmigo el hombre es valiente,
a veces le doy salud,
a veces mato a la gente.
En la mesa estoy
y no me comes;
en la lumbre
y no me abraso,
en el mar y no me mojo,
pero no estoy en tu ojo.
Te lo digo y
no me entiendes
no tengo boca y
si tengo dientes
¿Qué profesión la de Teo,
si, en el pueblo que ejercía,
todos los días recibía
y repartía el correo?
Te la metí y te la saqué,
te hice sangre y te la limpié.
Aunque yo nunca me mueva
por mí suben, por mi bajan;
soy de diversas materias
y mi utilidad la halagan.
Tengo en todo tiempo frío,
mas no frío sin calor,
quémame al fuego en estío
y ve nadar mi señor
peces en mí sin ser río.
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