Adivinanzas de Objetos

Dos mellizos en la escuela,
el uno escribe
y el otro borra.

En la casa está quedito
y en el monte pega un grito.

Muy a menudo la ves,
piensa un poco con astucia,
cuando está negra, está limpia,
cuando está blanca, está sucia.

Una cara con dos manos
pegadas a la pared.
Adivina lo que es.

Como dos luceros cuelgo,
delante de dos cavernas,
sujeta estoy de dos ramas
que siempre están derechas.

Ella de pie,
él de cuclillas,
y el agujero del medio,
con muchas babillas.

En el monte se crió
y en el altar acabó.

Dos agujeros separados
que se abren y se cierran.
¿Me lo aciertas?

Voy escribiendo
y en el camino
yo me entretengo.

Es estrecha y larga
y siempre lleva
la muerte encima.

Tan redondo
como un alpargate,
y tiene pelos
en el chichirigate.

En una cumbre me ponen
para que el aire me dé,
sirvo de guía a los hombres
y me sostengo de pie.

Es cosa muy transparente
y se ve perfectamente.

Somos muchos hermanitos
Que en la misma casa vivimos
Si nos rascan la cabeza
Al instante nos morimos.

Todos dicen que me quieren
Para hacer buenas jugadas
Y en cambio cuando me tienen
Me tratan siempre a patadas.

De noche se apaga,
de día brilla
y nos da más luz
que una bombilla.

Pila de hierro,
agua de oliva,
y no me lo aciertas
hasta que no te lo diga.

Me llegan las cartas y no se leer.
Aunque me las trago.
No mancho el papel.

¿Qué se necesitaría para que cinco personas no se mojaran con un solo paraguas?

Siempre estoy en tu casa y cada vez estoy más delgado cada mes que pasa.
¿Qué soy?

¿En qué se parece un amigo a un encendedor?

Sin ningunos pies corría,
sin pies andaba y saltaba,
andaba de mano en mano
y nunca estaba parada.

¿Cuál es la sábana blanca que se corta sin tijeras?

Lavandera a mí me llaman
y no conozco el jabón.

Tan largo como un pepino,
tiene barba de capuchino.

Si subo nos vamos, si baja nos quedamos.
¿Qué es?

Por dentro carbón,
por fuera madera.
En tu maletón
voy a la escuela.

¿De qué hay que llenar un cántaro para que pese menos que el vacío?

Quienes lo hacen, lo hacen silvando.
Quienes lo compran, lo compran llorando.
Quien lo usa, no sabe que lo usa.

Negra es,
negra la ves,
en la escuela de tu pueblo,
colgada de la pared.

¿Cuál es el colmo de una pistola?

Todos me quieren
cuando estoy llena,
pero al romperme
todos me dejan.

Dos compañeras
van al compás,
con los pies delante
y los ojos detrás.

Lo lleva el hombre por delante,
lo saca con mucho recelo,
tiene cabeza, y en ella
no hay ni un solo pelo.

¿Qué es aquello que mide unos 20 cm?

¿Cuál es una cama baja,
triste, sola y muy estrecha,
con grande presteza hecha,
donde nadie lleva alhaja
sino la que lleva puesta?

Un ángel sube al cielo,
pega un grito
y baja al suelo.

Tiene agujas y no cose.
No se mueve, pero anda.
Si le das cuerda funciona.
Y el paso del tiempo señala.

¿Cuál es el colmo de la economía?

Con mi cámara te cojo,
a los aires yo te lanzo,
con mi antena te detecto
y en la pantalla te saco.

Hombre soy de gran limpieza
y apreciado de mis amos,
todos me traen en las manos
porque sirvo con presteza;
y aunque no tengo cabeza,
tengo más de cien mil pies,
y el enigma mayor es,
que aunque blanco o amarillo,
cedo porque soy juicioso
y para todos un pillo.

¿Qué le dijo un foco a otro foco?

Tengo forma de anillo.
Soy la primera y la última en organillo.

¿Qué le dice el paraguas al bastón?

A mí me proclaman rey,
pero yo no tengo reino;
afirman que soy muy rubio,
pero carezco de pelo;
me dicen que yo ando mucho,
pero apenas si me muevo.
Arreglo muchos relojes,
aunque no soy relojero.

Juntos dos en un borrico,
ambos andan a la par.
Doce leguas cada uno
y una el otro nada más.

¿Qué tiene manos pero no puede aplaudir?

Ya ves, ya ves,
tan claro que es.
No me la adivines
de aquí a un mes.

En un castillo redondo.
Doce caballeros de guardia están.
Un flaco lancero y un gordo escudero.
Marchan al compás.

¿En qué se parece una escopeta a una gata paría?

Vienen dos,
uno se moja
y el otro no.

Por como empieza y volar sabe.
No es un avión, ni tampoco un ave.

Aunque no soy importante.
En la vida pinto algo.
Mas no podré trabajar.
Cuando yo me quede calvo.

Brazos tengo desiguales.
Ya mí ritmo se mueven los mortales.

Ya me llevan,
ya me traen,
dándome siempre tormento,
porque el fuego en que me abraso
arde con el movimiento.

Hondo, hondo, barril sin fondo, si no la sabes eres un tonto

El que la hace,
la hace cantando,
y el que la recibe,
la recibe llorando.

Entró en tu alcoba y te lo pidió,
tú te negaste y te la metió,
tú sollozabas y él se reía,
al ver la sangre cómo corría.

El que la busca,
la busca llorando;
el que la hace,
la hace cantando,
y el que la estrena,
no la ve.

El que pinta es pintor.
Yo pinto y no recibo tal honor.

Una dama blanca,
por un campo negro,
anda que te anda
y el campo se llena
de blancas pisadas.

¿Qué hace un loco rompiendo un reloj?

Soy largo y delgado.
Con buena figura.
Mi pelo alocado.
Lo mojo en pintura.

¿De qué llenas un barril, para que cuanto más tenga menos pese?

Una dama blanca, alta y delgada,
con la nariz larga y colorada;
mientras la nariz arde y crepita,
la dama se vuelve pequeñita.

Campo blanco,
flores negras,
un arado
y cinco yeguas.

¿Qué le dice el cigarro al mechero?

Siempre estoy bajando,
siempre estoy subiendo,
bajo de vacío,
siempre subo lleno.

¿Que cosa es sol de cristal que se apaga si es que quiero?

¿Qué le dijo el cuchillo a la gelatina?

Larga como una soga
y muerde como una loba.

Iluminamos muy poco,
nuestra llama es vacilante;
cuando envejeces un año
nos apagas y te aplauden

Verde fue mi nacimiento,
negra fue mi mocedad,
y ahora me visten de blanco
para llevarme a quemar.

Tengo agujas y no sé coser.
Tengo números y no sé leer.

Tan grande
como una tajá de bacalao,
sube al monte
y baja ganao.

Adivina, adivinanza,
¿quién vuela
sin tripas ni panza?

Yo con mi hermana gemela andamos.
Siempre al compás,
con la boca por delante
Y los ojos por detrás.

Rojo es, rojo es,
su nombre dije al revés.

Con varillas me sostengo.
Y con la lluvia voy y vengo.

¿Qué se corta sin tijeras
y aunque a veces sube y sube
nunca usa la escalera?

Tengo una gran sombrilla
Y me buscan por sabrosa
Pero atención, ten cuidado
Que puedo ser venenosa.

Cuanto más lejos,
más cerca,
y cuanto más cerca,
más lejos.

¿Cuál es el objeto más gracioso que existe?

La metí zumbando
y la saqué chorreando.

Pico sin tener enojos.
Sin nacer, soy de corte.
Pero muchos, con arrojos.
Los dedos, viendo mi porte.

Cuatro ruedas para el zapato,
que corren más
que el ratón y el gato.

Pila sobre pila
y un trapo encima,
aceite de madera
y un palito cualquiera.

Colgada en la pared me tienen
y con la tiza me hieren.

Yo fui hecha de remiendos,
siendo mujer de importancia;
anduve América y Francia,
nunca jabón conocí,
y me llaman lavandera
para burlarse de mí.

Ruedo, ruedo
y en los bolsillos
me quedo

Una punta,
dos puntas
y dos orejas juntas.

Me usan en verano,
pero no en invierno;
hago el agua fresca
en el mismo infierno.

Cubo que seis caras tiene.
Veintiún puntos en total.
En el ludo interviene.
Y en el monopolio igual.

¿Quién es aquélla,
sin alma y sin vida,
sin seso y pasiones,
que escribe secretos
de los corazones
y nos los publica
vestida de luto?

Borriquillo de hierro
y aparejo de trapo.
Si no me lo aciertas,
te capo.

Nunca bien supe escribir.
Pero soy gran escribano.
Bien que te puedo servir.
Si me tomas en tu mano.

¿Qué pincha más que un pincho?

Santa con nombre de flor.
Ya pesar de este retrato.
Me confunden con zapato.

Un abuelo chiquitillo,
arrimao a la pared,
con la chorrinilla fuera,
adivina lo que es.

Anda y anda,
y nunca llega a Peñaranda.