Adivinanzas Difíciles

Tiraste a mi padre,
tiraste a mi abuelo,
y contigo me estaré
hasta verme yo en el suelo.

Bailando, bailando va,
nunca lo adivinarás.

Si el agua del mar se volviera vino, ¿cuántas tinajas llenaríamos?

¿Qué le dice un semáforo a otro semáforo?

Lomos y cabeza tengo.
Aunque vestida no estoy.
Muy largas faldas mantengo.

Una vid muy grande es,
Y le cuelgan racimos hasta los pies.

En lo alto y muy labrado
aparece un edificio,
redondo, nada cuadrado,
de toda parte cerrado,
sin ventana ni resquicio.

Es amarillo
muy amarillo,
y lo echamos al pucherillo.

Si 5 máquinas hacen 5 artículos en 5 minutos, ¿cuánto tiempo dedicarán 100 máquinas en hacer 100 artículos?

Colorín, colorado,
encima está del tejado.

¿Cuál es el colmo del hambre?

Delante de una dama
me arrodillé,
derecha se la metí,
derecha se la saqué.

Un pajarito voló, voló,
pasó por los ojos
y nadie lo vio.

Verde fue mi nacimiento,
negra fue mi mocedad,
y ahora me visten de blanco
para llevarme a quemar.

Dama da, dama deja.
Y no se queja, de lo que deja.

¿Cuál es la planta que seca, agarra?

Todos corren, uno usa el silbato.
Dos detienen, muchos gritan.

En un barco, va un matrimonio, tres hijos, y dos señoras ¿Cuántas suegras van en el barco?

Tan grande
como una tajá de bacalao,
sube al monte
y baja ganao.

Adivina, adivinanza,
¿quién vuela
sin tripas ni panza?

Dime qué será una cosa
que sobre todo se posa.

Hilos finos,
agujas gruesas
sobre tela
verde e inmensa.

Si la tienes, la buscas;
y si no la tienes,
ni la buscas ni la quieres.

Señoras y señoritas,
casadas y solteritas,
se las meten estiraditas
y se las sacan arrugaditas.

En abril,
si la ves relucir,
limpia la era
que trigo espera.

Es santa y no bautizada.
Y trae consigo el día.
Gorda es y colorada.
Y tiene la sangre fría.

Uso aguja sin coser.
Corto sin tijeras.
Y ando sin pié.

Hay un hijo
que hace nacer
a la madre
que le dio el ser.

Vueltas y vueltas
doy sin cansarme,
cuando no bebo
paro al instante.

Al dar la vuelta a la esquina
tropecé con un convento,
las monjas iban de blanco
y el sacristán en el centro.

Primero ciega, luego pincha.
Todo une mientras camina.

Si digo cinco por cuatro veinte, más dos, igual a veintitrés. ¿Es verdad o mentira?

Soy rechonchita y muy fuerte,
blanca soy como la leche,
de lado a lado me llevan
surcando mi campo verde.

Verde primero,
negro después,
antes de morir
molido se ve.

La iglesia de barro,
el sacristán de palo,
los monaguillos
verdes y negrillos.
Cuando entra el sacristán,
todos se echan a temblar.

Si quieres las tomas
y si no las dejas,
aunque suelen decir que son
comida de viejas.

Aquí estamos doce hermanos.
Yo, que el segundo nací.
Soy el menor entre todos.
¿Cómo puede ser así?

Caballo de banda a banda,
que ni come, ni bebe, ni anda.

¿Qué le dice un calcetín a otro?

¿Cuál es el mejor terreno para papas?

Mi madre es tartamuda.
Mi padre es cantador
Tengo blanco mi vestido.
Amarillo el corazón.

¿Hay algún ave sin ojos que valga más que con ellos?

Rojo es, rojo es,
su nombre dije al revés.

A la vuelta del mercado,
he pagado por un mocito,
le he bajado los pantalones,
y le he comido lo mejorcito.

En el bosque nací,
en el bosque crecí.
Cuando al pueblo me llevaron,
en toda canción me usaron.

Te la metí y te la saqué,
te hice sangre y te la limpié.

¿Cómo se llama el ministro de higiene de Pekín?

Vence al tigre y al león.
Vence al toro embravecido.
Vence a señores y reyes.
Ya todos deja vencidos.

Tiene hocico pequeñito,
se pesca siempre en el río,
tiene pintas de colores
y es alimento muy fino.

Duro es,
duro es,
del cielo lo veo caer.

Rompe y no tiene manos.
Corre y no tiene pies.
Sopla y no tiene boca.
¿Qué te parece que es?

Es una cajita pequeña que se abre y no se cierra.
¿Qué es?

Blanco fue mi nacimiento
y negra mi mocedad,
delgadita de cintura
y por los suelos tirá.

Un hombre iba por la calle,
le dije que entrara y entró,
que me la metiera y me la metió.
Él quería sacarla, y yo le dije que no,
hasta que escurriera to lo que me echó.

Dime si lo sabes
qué cosa es aquella,
que te da en la cara
y no puedes verla.

Al monte subí,
cogí un madero,
hice dos artesas
y un lindo caldero.

¿Cómo podemos matar a una manada de elefantes con unas bragas rosas?

Alto, muy alto,
redondo como un plato
y negro como un pez,
no lo aciertas en un mes.

Blanco fue mi nacimiento
y muy verde mi niñez,
encarnada juventud
y negra fue mi vejez.

¿Cuál es el colmo de la fuerza?

Largo, larguero,
gran caballero,
con capa dorada
y negro sombrero.

Soy bella, soy muy fuerte;
cuando hablo todos me oyen
y tengo un solo diente
que muevo constantemente.

Tengo cabeza redonda,
sin nariz, ojos ni frente.
Mi cuerpo se compone tan solo
de blancos dientes.

Llanura blanca con flores negras.
Cinco bueyes aran en ella.

Agujero de ratón,
guarda la casa como un león.

Entre vallado y vallado
hay un paño colorado.

¿En qué se parece un león a un mono?

Hay tres relojes en una habitación. El primero marca las 7:15 el segundo las 9:45 y el tercero las 8:21 ¿Qué hora es?

¿Que le dice una pierna a la otra?

Arca, monarca
llena de placer;
ningún carpintero
te ha sabido hacer.

En la calle estoy
y no me ves;
nube soy
y en el cielo estoy.

Tengo un mantón de manila
que no lo puedo doblar,
tengo bastante dinero
que no lo puedo contar,
y tengo medio melón
que no lo puedo partir.
¿Qué tengo?

Se parece a un convento:
tiene entradas hacia fuera
y entradas tiene hacia dentro.

¿Qué le dice el grajo al cuervo?

Es tan grande mi fortuna
que estreno todos los años
un vestido sin costura
de colores salpicados.

¿Qué es todo para uno y nada para lo demás?

Verde me crié,
rubio me cortaron,
duro me molieron,
blanco me amasaron.

Tengo un kiosco y lo vendo. ¿Qué vendo?

Pajaritos van volando,
sin tripas ni corazón,
alimento para el vivo
y para el muerto perdón.

¿Cuántos animales tengo en casa sabiendo que todos son perros menos dos, todos son gatos menos dos, y que todos son loros menos dos?

Formamos, como soldados, en una fila
y somos carniceros toda la vida.

Es una pera colgada
que toda la casa alumbra
sin tener humo ni llama.

Más de cien damas hermosas
vi en un instante nacer,
encendidas como rosas
y en seguida perecer.

Tengo forma de serpiente
pero no la que más miente.

Detrás de un cerro
y otro y otro,
relincha un potro.

Santa, sin ser bautizada,
mártir, sin saber qué día,
no está conmigo de noche
y conmigo está de día.

Redonda como una taza
y va conmigo a la plaza.

Zumba que te zumba, se oye mi son.
En las noches navideñas.
Hasta que aparece el sol.

Haciendo ruido vienen.
Haciendo ruido van.
Y, cuando mañana vuelvan.
De igual manera se irán.

Dos con dos garrotes,
dos con dos capotes,
uno en el pesebre acerreando
y otro con el pelindrajo colgando.

¿Qué le dice el 3 al 30?

Hay en una plaza nueva
un monte y en él dos cuevas,
más abajo un hondo pozo
que tiene su brocal rojo,
altas ventanas iguales.
En ellas dos niñas guapas
que, entre bellas cristaleras,
todo lo ven y lo cucan.

Tan redondo como un queso
y media vara de pescuezo.

El pelindrajo de mi abuelo
está puesto en el corral;
si lo meneas siempre chilla,
y si no lo meneas, ná.

¿Qué es retractarse?

¿Por qué los chinos son amarillos?

De miles de hijos que somos
el primero yo nací
y soy el menor de todos
¿cómo puede ser así?

No toma té ni café.
Y esta colorado dime:
¿Quién es?

Adivina, adivineta,
¿qué tienen los hombres
en la bragueta?

Nadie lo ha visto en el mundo
y todos hablan de él,
por sus obras lo conocen.
¿Adivinas ya quién es?